Hay un programa de televisión que últimamente está dando algo de que hablar porque tiene tintes bastante polémicos. Se trata de Cambio Radical.
Un espacio de Antena 3 presentado por Teresa Viejo, y que tiene la particularidad de basar su contenido en la transformación fÃsica completa de un ciudadano invitado al programa. Es decir, más claramente, que tú vas al programa les dices que quieres más tetas, menos nariz y tener pelo en la cabeza, y ellos en unas semanitas de nada te dejan como los chorros del oro. Niquelao, niquelao. A cambio te graban durante todo el proceso y te tienen aislado del mundo exterior para que te centres aún más si cabe en tu reconversión.
Hace años esto era impensable verlo en televisión, pero poco a poco se va perdiendo el respeto y se toleran más este tipo de actitudes. En mi opinión que emitan estos programas tan polémicos en la caja tonta me da un poco igual. Lo que realmente sà que me da bastante lástima, es que haya gente anónima que esté dispuesta a vender su intimidad y la de sus familiares a cambio de dejarse practicar una innumerable cantidad de operaciones estéticas. ¿Es tan importante el aspecto fÃsico como que para conseguir algo que dictan los cánones de belleza, haya que dejar a un lado la dignidad de cada individuo?
Os recomiendo que os leáis este artÃculo de Juan Manuel De Prada donde dando su opinión sin tapujos, pone de relevancia las más oscuras grietas de la televisión de hoy, y por analogÃa, de la sociedad misma.
Quizás hablo desde un punto de vista muy personal, ya que por suerte no tengo los grandes problemas con el fÃsico que parecen sufrir los concursantes de «Cambio Radical». Ojo, no os equivoquéis, queridos lectores. No he dicho que no tenga defectos. Seguramente, se cuenten por miles, pero sin embargo tengo la suerte de saber llevarme bien con ellos, y dar más importancia a mis virtudes.
Pero vamos a «cambiar radicalmente» de tema (Dios! Qué bien traido!). El caso es que el otro dÃa topé por casualidad con el programa y estuve dándole vueltas al coco, y como cada vez que me pasa eso (bastante a menudo) y aprovechando que estamos en los preliminares de los previos de la precampaña electoral se me ocurrieron ideas bastante estúpidas.
¿Qué sucederÃa si de pronto Ibarretxe decidiera aceptar las propuestas de Arnaldo Otegui? ¿SerÃa un cambio radical, o un cambio a radical? ¿SerÃa el resultado algo asÃ?